Aquellos “Tiempos modernos”

Aquellos “Tiempos modernos”

“… la del que huye del mundanal ruido” (Fray Luis de León)

En abril de este agonizante 2019 se cumplieron 130 años del natalicio de Charles Chaplin (Charles Spencer Chaplin) y también, en febrero, 100 años de la fundación de la United Artists, hoy perteneciente a la MGM, creada por iniciativa del mismo Charlot junto con otros artistas como Douglas Fairbanks, David Wark Griffith y Mary Pickford, a fin de evitar la dependencia a los estudios comerciales y poder ver por sus propios intereses.

Una de las películas más emblemáticas de Chaplin es sin duda “Tiempos modernos (Modern Times)” (1936), largometraje de indudable vigencia que fue presentado el 9 de diciembre en el auditorio del Cephcis a fin de celebrar la clausura del diplomado “Las vanguardias artísticas del siglo XX: Coloquio entre ciencia y arte”, impartido en el mismo centro de la UNAM desde septiembre de 2018.

Para esta clausura —presidida por el director del centro, doctor Adrián Curiel Rivera—, la coordinadora del diplomado, doctora Olga Sáenz González, eligió la proyección de “Tiempos modernos”, que fue posteriormente comentada en una mesa panel en la que, además de la doctora Sáenz González, participaron los doctores Carolina Depetris (Cephcis-UNAM) y Rodrigo Patiño (Cinvestav-Mérida), profesores del diplomado.

Aunque no estuvo presente en la clausura igualmente formó parte del claustro la doctora Sandra Ramírez (Cephcis-UNAM).

Si bien la lectura tradicional del filme suele ser, como escribe Luis Carlos Muñoz Sarmiento en “El Espectador”, una crítica plena de humor “… de la mecanización industrial, de la robotización del hombre, del fordismo y el taylorismo (dos métodos de producción que imperaron entre 1940 y 1970, Edad de Oro del capitalismo, y los que refleja el filme de forma visionaria)”, la mirada al concluir un diplomado que recorrió desde finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX a través de sus manifestaciones artísticas permite además un interesante giro y encontrar puntos de contacto con movimientos artísticos como el futurismo italiano, que preconiza la máquina por encima de todo (“Un automóvil de carreras es más bello que la Victoria de Samotracia”), como el surrealismo que indaga en el inconsciente, con la pintura metafísica que en vigilia invita a mirar la realidad un modo distinto, o con la importantísima y este año centenaria escuela de la Bauhaus que enarboló el principio de que la forma debe seguir siempre a la función y no al revés.

Analogías compositivas

En efecto, algunos fotogramas de la película pueden tener analogías compositivas con las pinturas geométricas de Francis Picabia, vinculado con el cubismo y el dadaísmo, y otros con el inquietante universo metafísico de Giorgio de Chirico. Así, “Tiempos modernos” es pues, en su interesante combinación de cine sonoro y cine mudo, de color y monocromía, una mirada hacia las diferentes tendencias estéticas de esas primeras décadas del siglo XX y a las grandes contradicciones de una sociedad con una discutible noción del concepto de progreso, con la desaparición de la individualidad, con un sistema miope y feroz y con el asombroso —por temprano— e implacable principio vigilante del Big Brother.

Como sabemos, términos como vanguardia o moderno o posmoderno conllevan implicaciones que los alejan de lo que consideramos “actual” o “de hoy”. Tal vez por eso aceptamos complacientemente expresiones de nuevo cuño, frecuentemente absurdas como “viral” o “trendy”, muy entendibles en un contexto en el que los premios suelen darse no al mejor sino a quien tiene mayor número de “me gusta” y en un tiempo en el que ya no sabemos si es igual de importante un Óscar cinematográfico que un botón de oro de YouTube o si conviene más estrenar en el cine o en la plataforma Netflix.

Vigente

Pero como “Tiempos modernos” está en YouTube, sin ser de hoy sí está a nuestro alcance, y nos invita a dejarnos llevar por el inmortal mimo, actor, cantante, músico, director y productor que fue Chaplin, personaje sin precedentes y todavía sin parangón, y quien 130 años después de su nacimiento es todavía capaz de generar en nuestra mirada nuevas lecturas —ahora desde las vanguardias artísticas del siglo XX— de su obra, legado octogenario y dialogante entre el humor y la reflexión, pleno de vida para nuestro desahuciado presente.— María Teresa Mézquita Méndez para “El Macay en la cultura”

Fuentes: Diario de Yucatán