Pasaje Revolución

Siguiendo su misión por fortalecer la educación, la Fundación Cultural Macay A.C., en coordinación con el H. Ayuntamiento de Mérida, asume en 2001 el compromiso de generar un nuevo espacio cultural en la ciudad, que permita a la población interactuar con el arte dentro de su ambiente cotidiano y generar nuevas experiencias para contribuir a desarrollar el conocimiento, sensibilidad y creatividad en el público.

El Pasaje Revolución es un espacio representativo del pulso de la ciudad de Mérida y aporta su propia trascendencia en el amplio panorama cultural de la capital del Estado. Desde su ubicación, entre la Catedral y el MACAY, se erige como un punto estratégico y atractivo para difundir el arte y la cultura.

Antecedentes
La sede de lo que hoy se conoce como el MACAY, fue en sus inicios el Palacio Arzobispal anexo a la Catedral. A mediados del siglo XIX, con las leyes de Reforma, se determina la propiedad del Estado sobre el edificio, por lo que el general Salvador Alvarado dispone la ocupación del Palacio Episcopal para servir de alojamiento a sus tropas (19 de marzo de 1915) para, finalmente, ser incautado el 5 de junio del mismo año.

Los nuevos tiempos traen readecuaciones arquitectónicas al edificio. Lo que significa la apertura de una calle que separa el edificio de la Catedral, creando así, el Pasaje de la Revolución, de estilo afrancesado, rematado con dos arcos y techado con una estructura de hierro y cristal, que en los años 40’s es derrumbada al no resistir el paso del tiempo.

El crecimiento económico y demográfico deviene en un ritmo más acelerado. El primer cuadro de la ciudad, nunca ajeno a estos flujos, comienza a transformarse, mientras que el Pasaje Revolución, visiblemente deteriorado, se convierte entonces en andador y terminal de diversas rutas del transporte público, con los problemas de tránsito y salubridad que esto representa, pues el espacio continuamente está lleno de autobuses, combis y basura.

En el 2001 el H. Ayuntamiento de Mérida decide salvar este espacio. Nuevamente se reconstruyen los arcos, siguiendo la arquitectura y el estilo original. A su remodelación es conferido a la Fundación Cultural Macay A.C. para convertirse en un foro escultórico.

En el 2011 el gobierno municipal emprende otro rescate arquitectónico, esta vez, con un proyecto que decide devolverle al Pasaje su techumbre original (100 m. de largo por 12 m. de ancho) y dotándolo de una visión más acorde con el nuevo ritmo de la ciudad.

Desde entonces, fiel a su compromiso, la Fundación Cultural Macay A.C. ha exhibido en este foro escultórico, por donde transitan más de 6 mil personas diariamente, obras de artistas mexicanos y extranjeros de reconocido prestigio.

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