Rábago y sus libros al aire

Rábago y sus libros al aire

En la víspera del Día Nacional del Libro, estas líneas

En este 2019, año en el que se cumple 350 de los votos definitivos de Sor Juana Inés de la Cruz en el monasterio jerónimo, será sin embargo recordado también como el año en el que dejó de circular el billete de 200 pesos con la efigie de la brillante escritora, acompañada de una cita de sus populares redondillas y la imagen de un ejemplar de su libro, abierto en donde comienza el Primero sueño.

Y a pesar de que ya no veremos a Sor Juana en nuestras carteras y en los cajeros automáticos, mañana sí habrá que recordarla especialmente: como se sabe, el Día Nacional del Libro se instituyó en nuestro país por decreto presidencial de 1979 durante el gobierno del Lic. José López Portillo, y se designó que fuera el 12 de noviembre, en el aniversario del natalicio de la poeta mexicana y destacada monja jerónima. Mucho ya se ha dicho de su vida y su obra —mucho aún hay por decir—, y el lector encontrará también suficiente información en las redes sobre la instauración de este festejo, en páginas como www.gob.mx/cultura y www.elem.mx.

Desde la columna de un museo de arte como el Fernando García Ponce podemos abordar también otros asuntos que nos invitan a mirar al libro y acercarnos a él; por ejemplo, considerar que además de las vinculaciones muy conocidas de arte y literatura, desde la ilustración hasta lo ecfrástico o el libro de artista, el arte contemporáneo ha encontrado otras vías de conexión para hacer interesantes propuestas cuya carga estética y emblemática giran en torno al libro y a la lectura.

Un ejemplo de ello podría ser el trabajo de Ignacio Rábago, artista visual, quien hace más de dos décadas que reflexiona, a través de diversos proyectos de instalaciones con el título genérico de “La Biblioteca de Babel”, en los límites y alcances del libro y el texto escrito.

Rábago, artista madrileño, hoy dedicado a la pintura y escultura y sobre todo a la instalación de gran formato, estudió filología hispánica y artes plásticas de manera simultánea, y así como ha ganado concursos literarios y publicado libros de poesía, transita con particular inquietud hacia el terreno objetual y pinta y esculpe y sobre todo, concibe, diseña y realiza instalaciones. Una de las más recientes, llamada “Biblioteca de Babel XIII”, se presentó en la Biblioteca General de Málaga en el año 2018, e incluyó entre sus materiales libros, cables, además de dibujos y bocetos.

En Yucatán, el Macay fue escenario de su trabajo. Tal vez los visitantes más jóvenes no tengan memoria del hecho, pero en 2003 el expo foro recibió en forma simultánea dos instalaciones: la “Biblioteca de Babel” de Rábago y “Amigos olvidados”, de Silvia Madrid. Ambas ocuparon el expoforo: en un delirante cielo raso de libros voladores y libros solidificados en el piso, el escenario ofreció al visitante un peculiar caos ordenado en el que convivieron simultáneas y complementarias las dos propuestas. Del techo colgaba el remolino de libros en el que se emplearon mil ejemplares. Sobre un escritorio los ejemplares estaban cerrados, con las hojas pegadas, sólidos sin posibilidad alguna de ser abiertos.

La metáfora visual de la instalación señalaba la contradicción: libros abiertos tan lejos de nuestros ojos. Libros cerrados, inaccesibles, al alcance de la mano. En suma, una reflexión sobre tantas palabras plasmadas en papel por el hombre: libros que ya nadie lee, que nadie leerá, que se destinan al reciclaje, que han muerto por obsolescencia. Libros que ahora tienen una segunda oportunidad: en palabras de Rábago, cada ejemplar “liberado de su carga semántica puede ser observado como objeto bello en sí mismo”. Una entrevista al autor está en https://www.youtube.com/watch?v=cvqGWnoq2zw.—

María Teresa Mézquita Méndez para El Macay en la Cultura

Fuentes: Diario de Yucatán