Celebrando el día mundial del teatro

Celebrando el día mundial del teatro

El cubano Carlos Celdrán ofreció el discurso este año

“La tradición del teatro es horizontal. No hay quien pueda afirmar que el teatro está en algún centro del mundo, en alguna ciudad o edificio privilegiado. El teatro, como yo lo he recibido, se extiende por una geografía invisible que mezcla las vidas de quienes lo hacen y la artesanía teatral en un mismo gesto unificador”.

Esa visión del hecho teatral imbuido en la vida cotidiana, en la naturaleza humana, es la esencia del mensaje del director de escena, dramaturgo, educador teatral y profesor cubano Carlos Celdrán, invitado este año por el Instituto Internacional del teatro a protagonizar con su pensamiento la celebración anual de esta efeméride.

Hace apenas un año, la invitada fue la mexicana Sabina Berman, quien concluyó su mensaje con un llamado a la conciencia sobre la importantísima vinculación de los hombres y mujeres con la vida y con el otro: “Más que la literatura, más que el cine, el teatro –que exige la presencia de unos seres humanos ante otros seres humanos– es maravillosamente apto para la tarea de salvarnos de volvernos algoritmos”, dijo Berman.

Así llegamos, pasado mañana, a esta conmemoración que desde 1962 ha sido celebrada en el mundo por los Centros del Instituto Internacional del Teatro (ITI, por sus siglas en inglés). El festejo se extiende a todos los ámbitos donde se desarrolla esta actividad humana, incluyendo órganos gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, espacios universitarios y toda clase de grupos independientes amantes del teatro.

La raíz de esta efeméride está en 1961, cuando fue promovida por el Instituto Internacional de Teatro, creado en 1948 por Julian Huxley, primer director de la Unesco, y el dramaturgo y novelista JB Priestly, justo al final de la Segunda Guerra Mundial. Entre sus objetivos estaban el trabajar en conjunto y acorde con los objetivos de la Unesco sobre cultura, educación y arte, promover el intercambio internacional y comprometerse con la educación de las artes escénicas y su procuración para el entendimiento mutuo y la paz. Hoy, dice la página web del ITI, se ha convertido en la organización más grande del mundo para las artes escénicas, con más de 90 centros repartidos por todos los continentes.

Entre todas sus actividades conmemorativas, la más emblemática es el mensaje anual que, una figura de talla mundial comparte sobre el tema del teatro y la cultura para la paz. El primero fue escrito por Jean Cocteau en 1962. Este mensaje es traducido a 50 idiomas y repetido mundialmente en los más de 90 Centros ITI alrededor del mundo, espacios teatrales y medios de comunicación.

Si hacemos un recorrido en internet encontraremos diversas actividades que se suman a este festejo en todos los ámbitos, local, nacional e internacional. No es para menos tratándose de un ámbito de la expresión humana en el cual los habitantes del planeta nos hemos manifestado prácticamente desde el origen de las civilizaciones.

Según Nicolas Evreinoff todos hacemos teatro, todo en nuestra vida es una representación: también en la vida de los animales e incluso los vegetales en sus cambios de color y su enmascaramiento y sus metamorfosis hay transformación y actuación. Es decir, todos representamos en algún momento de nuestra vida diaria una comedia o una farsa y participamos de ficciones que de tanto prolongarse podríamos terminar por creer como verdaderas.

En opinión de Ramón Nieto en su libro “Teatro y vida”, del mismo modo que una obra narrativa no existe hasta que llega a manos de un lector”, una obra teatral no existe hasta que es representada”. Es decir, el texto que tiene el autor entre las manos puede imaginárselo como un conjunto de seres que se mueven y hablan “pero esa imaginación no es teatro sino una ‘acción teatral en potencia’, como dice Henri Gouhier”.

Pero además de celebrar, es importante advertir que tanto la publicación de dramaturgia como la puesta en escena resultan con frecuencia castigadas por los presupuestos oficiales, dados los costos de producción y la dificultad de generar ingreso en taquilla. El impulso creativo y la necesidad expresiva ha dado lugar en el mundo entero y, en particular, esto se puede advertir en Yucatán, del surgimiento y consolidación –no sin gran esfuerzo– de pequeñas compañías que producen y presentan teatro de calidad en sus propios espacios, con hincapié, por supuesto, en el pequeño formato.

Esta vocación e impulso quizá podamos explicarlos desde otra de las reflexiones de Evreinoff: “El teatro es inmensamente más vasto que la escena. Es mucho más necesario y precioso para la humanidad que todos los descubrimientos de la civilización moderna. Podemos pasarnos sin ellos, como lo hemos hecho durante millares de años, y como lo atestigua, por lo demás, la historia de nuestros antepasados primitivos. Pero jamás ha podido ningún hombre pasarse sin el teatro, tal como lo concibo”. Felicidades a los creadores de la escena.

Más detalles del ITI en web www.iti-worldwide.org.— María Teresa Mézquita Méndez para El Macay en la Cultura

Fuentes: Diario de Yucatán