Pasaje de la Revolución se vincula con la transformación de Mérida

Pasaje de la Revolución se vincula con la transformación de Mérida

La historia del Pasaje de la Revolución se vincula con la arquitectura de París del siglo XIX y con la transformación de la ciudad yucateca durante el gobierno de Salvador Alvarado. Se trata de un corredor que podría ser el primer monumento a la Revolución Mexicana edificado en todo el país.

De esto y otros detalles de su relevancia histórica y estética, hablarán Marco Díaz Güemez, historiador y académico de la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY), y el arquitecto Guillermo Hülsz Piccone, nieto del constructor del Pasaje, Giacomo Piccone, en una charla titulada “Pasaje de la Revolución: los pasos hacia el camino de la transformación”, que se realizará el próximo viernes 22 de febrero a las 11:00 horas en el Museo Fernando García Ponce, en el marco del programa mensual Punto de Encuentro de la Fundación Cultural Macay A.C.

En entrevista con el doctor Marco Díaz, comentó que un pasaje es “una mejora material en el urbanismo” que surgió en París en los años treinta del siglo XIX. “Las mejoras urbanas en Europa eran escasas y los comerciantes parisinos descubrieron que en estos espacios que quedaban entre casas podían abrir un caminito, ponerle pisos, cristales y convertirlo en un pasaje comercial. Estos pasajes son el antecedente de las plazas comerciales”, explicó.

Cuando se extendió por otros países de europa y llegó a América Latina, en Yucatán había elementos intelectuales y grupos revolucionarios como las logias masónicas y el sindicato de ferrocarrileros. “Cuando llegó Salvador Alvarado, una de las primeras cosas que hizo fue incautar el edificio del Arzobispado, junto a la catedral, que en 1915 se transformó en el Ateneo Peninsular. En el callejón que quedaba entre la catedral y el nuevo ateneo, se decidió hacer un pasaje y la obra se encargó al arquitecto Giacomo Piccone”, agregó.

El pasaje se conformó por dos arcos del triunfo, unidos por un pasaje comercial; fue inaugurado el 5 de mayo de 1918 con un discurso de Antonio Mediz Bolio. “Hasta donde se conoce, es el primer monumento dedicado a la Revolución Mexicana como tal”, agregó el académico.

Después de inaugurado, el edificio y la zona fueron incautados por el ejército constitucionalista y pasó a manos federales y finalmente tuvo otros usos no comerciales. El Ateneo sufrió un incendio en los años veinte, y al ser de jurisdicción federal, el estado lo abandonó: se cayó el techumbre, desaparecieron los arcos y se convirtió en una parada de camiones.

Fue hasta el principio del siglo XXI cuando inició su recuperación y la reconstrucción. Actualmente, sobre ese pasaje transitan miles de meridanos y se exhibe arte contemporáneo local, nacional e internacional.

Fuentes: Focus Mérida, La i, La Jornada Maya, Sedeculta