Las miradas inefables

Las miradas inefables

Retrata a gente de la calle en “Los mayas eternos”

La exposición temporal “Los mayas eternos” de Pedro Tec, que se presentará hasta marzo en el Museo Fernando García Ponce-Macay, destaca la mirada de quienes se enfrentan a la indiferencia cotidiana. La obra, ubicada en la sala 8 bis, se compone de 20 fotografías en blanco y negro que se sirven del dibujo digital para retratar a personas que viven en la calle.

El artista y antropólogo Pedro Tec, quien en su mayoría muestra a personas de la tercera edad y algunos niños, deja que lo inefable se pose en los rostros, vuelve protagonista a la mirada que desaparece por la inercia rutinaria del transeúnte.

La invitación en cada pieza sugiere mirar más allá de lo evidente, sumergirse en la historia de quien grita a través del claroscuro desde las sombras de las avenidas, de la edad, desde el desinterés y la apatía.

Las fotografías que se muestran desde un plano medio y primer plano desprenden a sus protagonistas de su contexto, sin embargo el espectador, el peatón curioso podrá sentirse cercano a ellos develando que detrás del misticismo de las piezas hay un recuerdo necio del día que nos reconocimos en el otro.

“Totem mamae” es uno de los retratos de Pedro Tec que presenta a una mujer de la tercera edad con la cabeza cubierta. Su rostro, que evidencia el paso de los años, ofrece más preguntas que respuestas. Su mano se posa sobre el hombro intentando detener el rebozo que la cubre y que guarda el pasado.

Otra de las fotografías que conforman la colección es “K’eewel K’iin”, que retrata a un hombre de edad avanzada que extiende la mano a la espera de una ayuda. Se difumina en el fondo de la imagen y se van perdiendo los límites de su ropa, de su cuerpo, de su sombrero. Su rostro deja al descubierto la sensibilidad y el paso del tiempo.

De igual forma, la pieza “Chamana” también presenta a una mujer cubierta con un rebozo. Sus facciones se perciben duras, el tiempo se ha posado en ella. Con una mano se cubre, se defiende, con la otra hace una señal difícil de descifrar. No hay forma de describirla, simplemente sus ojos te atraviesan.

Cada una de las piezas expuestas cuenta con una fuerza que rompe tajantemente con la individualidad, que más allá de dar lugar al morbo refleja la necesidad de volverse hacia quienes lo necesitan.

Los retratos de Pedro Tec llevan al espectador al extremo de sus recuerdos, de su sensibilidad, al cuestionamiento de todo lo que no se quiere ver, de todo lo que se calla a propósito.

La obra del artista Pedro Tec es un reencontrarse con aquello que se ha olvidado, un conjunto de voces que se hacen presentes desde una realidad tan cercana pero imperceptible para miradas insípidas.— Gabriela Trinidad Baños para “El Macay en la cultura”

Fuentes: Diario de Yucatán