De Yucatán al Munal capitalino

De Yucatán al Munal capitalino

Obras de Carlos Mérida, prestadas por una familia

Dos espléndidos cuadros de Carlos Mérida pertenecientes a una familia yucateca han viajado desde esta capital a Ciudad de México para integrarse a la exposición “Carlos Mérida. Retrato escrito. 1891-1984” inaugurada el jueves 15 pasado en el Museo Nacional de Arte.

Un retrato de su esposa Dalila fechado en 1925 y “Las indias de mi pueblo” (Ca. 1926) son los dos óleos que hoy se exponen en la extensa e intensa muestra compuesta por 280 obras que celebran a un pintor considerado predecesor del movimiento de la Ruptura y quien eligió a nuestro país para residir permanentemente y fuera el destinatario final de su obra y patrimonio artístico.

La influencia de artistas como Picasso y Modigliani —con quien trabajó por breve lapso en su estudio—, la profunda transformación de su estilo y su tránsito de la figuración a una abstracción fuerte y con reminiscencias primitivas que muestra en ella a la mixtura y concordancia de sus raíces culturales prehispánicas con las corrientes internacionales, se pueden conocer de viva voz en la exposición, que lleva el título “Retrato escrito”, precisamente porque surge a partir de una serie de textos autobiográficos e inéditos legados por el artista y cuyas citas acompañan al visitante a lo largo de su recorrido, de manera que el pintor es la “voz” que “habla” a través de los textos elegidos por la curaduría para ser leídos por el público durante toda la visita.

De acuerdo con la explicación del propio Munal, la exposición desea “… presentar la más completa retrospectiva del trabajo del artista guatemalteco, guiada por su propia voz, extraída de su autobiografía. La propuesta curatorial permitirá al público transitar entre su vida personal, su proceso creativo y las afinidades artísticas que construyó durante su estancia en nuestro país hasta su muerte en 1984”.

Con respecto a las dos piezas de coleccionistas yucatecos(a quienes por este medio les agradecemos la información para la presente columna), el retrato de Dalila, obra figurativa que muestra de torso a la mujer del pintor, es un ejemplo de la confluencia de las tendencias de vanguardia y sus orígenes guatemaltecos: la geometría de su atuendo autóctono es un homenaje a los diseños indígenas y mestizos y al mismo tiempo una anticipación de la futura técnica abstracta del pintor.

De igual manera, en “Las indias de mi pueblo” están presentes su origen en Quetzaltenango y a la vez la influencia innegable, como ya hemos mencionado, del taller de Amedeo Modigliani (quien a su vez abrevó tanto del renacimiento y manierismo italianos como del arte africano que conoció en París).

Fallecido a los 93 años, Carlos Mérida nació en 1891 en Quetzaltenango, Guatemala, y tras trabajar un tiempo en su país viajó a Francia en aquellas primeras décadas del siglo XX —y antes de la Primera Guerra Mundial, que irrumpió dolorosamente— en las que coincidieron en los parisinos barrios de Montparnasse y Montmartre artistas como Chagall, Fujita, Utrillo, Derain, Kisling, Soutine, Matisse, los ya mencionados Modigliani y Picasso, y muchos más, y con ellos la génesis de las primeras y poderosas primeras vanguardias artísticas. Regresó a Guatemala y posteriormente en 1919 se trasladó a México, donde permaneció el resto de su vida. Su primera exposición fue en 1920 en la Escuela Nacional de Bellas Artes.

Según explica el historiador Eduardo Espinosa Campos, Mérida fue uno de los artistas que participaron de la tendencia llamada “De integración plástica” en la que escultores, pintores y arquitectos trabajaban en conjunto. Igualmente fue al principio un promotor del muralismo o Escuela Mexicana de Pintura y después un crítico de la misma cuando comenzó a experimentar con la abstracción, preferentemente con cierto geometrismo y trazas del arte prehispánico y originario, que se convertiría a la larga en su lenguaje pictórico definitivo. En 1965 recibió la medalla de oro de la Dirección General de Cultura y Bellas Artes de Guatemala y en 1980, la Orden del Águila Azteca de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. La exposición del Munal permanecerá abierta hasta el 17 de marzo de 2019.— María Teresa Mézquita Méndez para “El Macay en la cultura”

Fuentes: Diario de Yucatán