La realidad reorganizada

La realidad reorganizada

Fragmentación del entorno en Castro Leñero

En el tren del arte contemporáneo y su poliédrica naturaleza, la pintura se ha quedado, valga la metáfora, en uno de los últimos vagones mientras la locomotora lleva la carga de lo innovador, lo diferente, lo no tradicional. Sin embargo, la pintura continúa el viaje sobre las rieles.

Y uno de sus exponentes mexicanos más notables en el panorama contemporáneo es Francisco Castro Leñero, nacido el 5 de julio de 1954.

En el universo infinito de la pintura abstracta y sus vastas posibilidades, la pintura de Castro Leñero revela un proceso de cuidadosa construcción de lo fragmentario. Sus superficies se cuadriculan y esquematizan, y sobre ellas se perfilan elementos igual de organizados, con exactitud, con precisión. En su obra, sus precedentes podrían intentar rastrearse en movimientos europeos como el “Art Concret” de mediados de los cuarenta y la pintura sígnica de los 50 y, en la abstracción estadounidense también (la escuela de Nueva York).

Sin embargo, si bien su discurso ejecutorio no se apega al purismo de la búsqueda de los pintores del “art concreto” tampoco es automático ni parece obedecer a automatismos y una realización gestual, espontánea.

En la obra de Francisco, sus superficies parecen reorganizar la realidad en un entorno efectivamente fragmentario donde, sin embargo, no tiene lugar la improvisación. El escenario se recompone sobre sus lienzos, donde el color se nota, pero sin estridencias. Una mano invisible guía al espectador por un lúdico recorrido de curvas, rectas y ángulos que además se separa en capas y transparencias que multiplican ese transcurrir hacia espacios más allá del primer plano del lienzo.

En relación con la exposición “Simetrías”, que el pintor presentó en mayo del año pasado en la Galería de Arte Mexicano (GAM), el periodista Marcial Fernández opinaba que si bien Castro Leñero no se separó por completo de su estética usualmente cuadriculada o ajedrecística, en esa ocasión en particular se observó en su obra un nuevo giro con elementos circulares como los mandalas y otros trazos.

Y no obstante esos cambios puntuales que señalaba, Fernández opinó también que “Castro Leñero no es de esos artistas que, con su obra, se vaya haciendo preguntas; eso, en todo caso, es trabajo del filósofo. Tampoco considera que el proceso de creación sea artístico en sí; ello, más bien, sería terreno del crítico de arte”.

“Para este artista el objeto de la pintura es el propio objeto que se expone, con su espacialidad, cuerpo, tono, textura y a partir de esa dimensión establece un diálogo con el público”.

En la página de internet de la galería Juan Martín se informa sobre Francisco Castro Leñero que nació en Ciudad de México en 1954 (cumple 64 años) y tras estudiar en La Esmeralda y en el extranjero, comenzó su trayectoria artística siempre de la mano de la abstracción, aunque también ha experimentado otras técnicas, incluyendo la instalación, la escultura y la obra gráfica. Desde 1999 forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

Presente en repetidas ocasiones en el Museo Fernando García Ponce-Macay, Castro Leñero presentó en 2001 un cuadro en la exposición colectiva del VI Salón de Arte BBVA Bancomer e Interactiva 01, junto con otros mexicanos sobresalientes como Gunther Gerzso, Gabriel Orozco, Julio Galán, Magali Lara, Manuel Marín, Aníbal Delgado y otros más; en total 43. En 2006 la galería Juan Martín expuso igualmente una pintura suya como parte de una selección de su acervo en las salas 4 y 5 del museo, con artistas como Francisco Toledo, Vicente Rojo, Manuel Felguérez, Fernando García Ponce y Roger von Gunten.

Al igual que sus hermanos José y Alberto, el más joven de los Castro Leñero pertenece a la generación de continuadores (de los años 70 en adelante) del camino trazado por los integrantes del llamado “núcleo duro” del movimiento de La Ruptura.

Así, fuera de los márgenes de su quehacer pictórico, en 2014 se presentó un trabajo de Francisco muy distinto y que representó una valiosa y muy bien recibida aportación: la antología de textos críticos de Juan García Ponce en los que el escritor yucateco discurre sobre diferentes perspectivas en torno a la pintura en particular y el arte en general. Realizada en el enclave de los 10 años del fallecimiento del poeta, dramaturgo, ensayista y narrador yucateco, la obra celebra su pensamiento, pleno hoy en día de vigencia.

En su prólogo a esta obra, Castro Leñero reflexiona: “Ya no sorprende ver el entusiasmo con el que jóvenes artistas de hoy eligen el camino de la pintura para expresar lo que Juan enunciaba como ‘su manera de estar en el mundo’; no hay corrientes, no hay estilos, sigue habiendo pintura”.— María Teresa Mézquita Méndez para “El Macay en la cultura”

Fuentes: Diario de Yucatán