"Surrealismo mexicano existió y existirá toda la vida": Mario Martín

"Surrealismo mexicano existió y existirá toda la vida": Mario Martín

“Este país está lleno de surrealistas, tú ve a los artesanos, los mayas, los mexicanos somos surrealistas por naturaleza”, explica Mario Martín del Campo, pintor y escultor jalisciense que presentará el próximo viernes 26 de enero, en el Museo Fernando García Ponce MACAY, su exposición Origen y poesía, a las 20 horas.

Carlos García Ponce vio esta exposición completa en el Museo Franz Mayer y le pidió al artista que la presentara en Mérida. Se trata de una serie de pinturas, algunas de ellas intervenidas con relieve, y esculturas. Aunque la técnica del artista parece estar influida por el diseño y el neosurrealismo, Martín del Campo dice que ésta percepción de la vanguardia se queda corta para hablar de la tradición surrealista que tiene todo el país.

“Raquel Tibol decía que era un neosurrealismo, pero a mí nunca me gustó que me compararan con Remedios Varo y Leonora Carrington. El surrealismo mexicano existió y existirá toda la vida, no necesitamos que nos implanten el surrealismo que no es mexicano”, expresó.

Mario Martín del Campo nació en Guadalajara, Jalisco, en 1947. Ha realizado más de 50 exposiciones individuales de dibujo, pintura, escultura, arte objeto, joyería y diseño en galerías y museos, en países como México, Colombia, Puerto Rico, Holanda, Bélgica, Francia, Canadá, Italia y Estados Unidos. También se ha desempeñado como escenógrafo y vestuarista de ópera y cine. La última vez que expuso en Mérida fue hace siete años.

Lejos de aceptar los calificativos de los críticos, define su obra como arte fantástico. Tanto sus cuadros como esculturas diseñan una zoología fantástica, seres fabulosos que pueden ser insectos, naves, perros con zapatos de futbol y caballos con ligueros. “Este tipo de cosas te llevan a un erotismo fantástico. No por tratar de molestar, sino porque es parte de una realidad. Un día estaba con Juan Ibáñez y Luis Buñuel en la Plaza de Toros, y el toro giró al picador y a su caballo; Luis Buñuel señaló al caballo y nos dijo ‘se le vieron los calzones’. Y es cierto, encontramos similitudes con la silueta humana”.

Otro de los elementos constantes en su obra son las máscaras, las cuales también han sido parte de su trabajo de diseñador en la ópera. Para él, reflejan la doble personalidad, un ritual, son festivas y remiten a la danza.

Por otro lado, opina que ya no hay tantos escultores en México a pesar de ser un país de escultores. Las artes visuales, menciona, están tomando el lugar de las artes plásticas.

Fuentes: La Jornada Maya, Punto Medio, Telesur Yucatán