Ilse Gradwohl refleja el alma en todas sus pinturas

Ilse Gradwohl refleja el alma en todas sus pinturas

Ilse Gradwohl no es de las que pintan todos los días, pero cuando trabaja un cuadro lo hace de tal forma que no lo deja hasta quedar completamente satisfecha, así pasen dos semanas o dos meses.

De origen austriaco pero radicada en México desde 1973, Ilse participará en el ciclo trimestral de exposiciones del Museo “Fernando García Ponce” Macay.

Con estudios en La Esmeralda y la Escuela Nacional de Artes Plástica de la UNAM, la artista presentará 14 óleos abstractos bajo el nombre de “Horizontes”, concepto que, dice, va más allá del horizonte físico.

“Cuando uno escucha horizonte se piensa en la línea y realmente fue eso lo que me condujo a ese nombre… pero para mí éstos (los cuadros) son una especie de paisajes interiores. Yo me inspiro en paisajes porque es el espacio que me llama la atención, no la figura en sí”, explica.

Los cuadros que el público verá son para ella una especie de recuerdos. “No me propongo hacer un paisaje pero cuando los veo digo: ‘me acuerdo cuando fui por allá’ es como una recapitulación de los lugares que he visitado”, cuenta al Diario.

Y es que viajar es uno de sus mayores placeres, aunque ahora, por lo menos en el interior de México, ya no lo hace muy seguido “porque todo es autopista y es muy costoso; antes uno andaba por las carreteras y poco a poco iba llegando a su destino.

Su llegada al país


Ella llegó a México en 1973 después de un viaje que hizo por los Estados Unidos.

“Me gustó mucho la naturaleza que había; pero ahora me preocupa que por la soya corten la selva que nada más tiene así de humus (hace un ademán con las manos) y se va a perder porque van a sembrar tres años y se va acortar la hierba”.

“México me gustó mucho, tenía mucha libertad para hacer lo que quería, me gustó la gente, todo lo que veía, las artesanías y los paisajes de los lugares que vistaba”.

Aunque disfruta de los paisajes de nuestro país, la inspiración también proviene de sus recuerdos. “Nos mandaban siempre a jugar afuera en invierno, verano, otoño, con lluvia, con sol…”.

La otra fuente de inspiración es lo que sucede actualmente y las preocupaciones por el mundo y que, dice, de alguna forma, están presentes en sus cuadros aunque no de forma visible, al menos no para el espectador. “Obviamente me preocupo por la destrucción. Hace unos días me dijeron que en Yucatán se tala tanta selva para sembrar soya y cosas así, y dije: ‘Ay, mi querido Yucatán que es siempre para mí un paraíso ya no va a ser un paraíso si sigue así’”.

Estas situaciones la llevaron a comentar en una ocasión que por todo lo que pasa debería pintar solamente en negro, y lo sigue pensando pero “cada vez que pongo un cuadro negro, que siempre quiero hacerlo, no aguanto. El negro no me deja ver pero algún día lo voy a hacer”.

Comparte que siempre empieza con varios colores y “cuando termino la pintura que me sobra va directo al cuadro siguiente y luego agarro otros colores y pongo y pongo y pongo, pero a la hora de la hora todo se vuelve un solo color… por ejemplo en ese verde (apunta a uno de sus cuadros) qué voy a poner un rojo… no”.

“Vaciarme en ellos”

Ilse confiesa que para ella es difícil determinar cuando un cuadro ha terminado.

“Al principio hice figuras pero para mí siempre era como la construcción de un cuadro, pero éstos (los abstractos) son como vaciarme en ellos. Todos son Ilse, todos son mis dudas, porque uno siempre duda hasta no poder más”.

La artista Opinión

Hoy a las 8 p.m. se inauguran las exposiciones en el Museo “Fernando García Ponce”.

Transformación

“Siempre digo que es más fácil hacer figurativo porque por lo menos sabes qué vas a hacer. Yo nunca sé de antemano qué va a salir, sí tengo una idea pero esa idea encima de la tela se transforma y ya es otra cosa”, opina Ilse Gradwohl.

El uso de colores


Ella no hace policromías. “Todo se cocina en la tela y se vuelve un monocronismo que ya ni modo”.

Fuentes: Diario de Yucatán, Punto Medio