Acuarelas que alzan el vuelo

Acuarelas que alzan el vuelo

En el patio Central del Macay, ahí donde estaba la fuente de los cantaritos, se encuentra ahora “Flama” una escultura de acero inoxidable, de 6 metros de alto, obra del maestro Leonardo Nierman, que formó parte de su exposición “Escultura Tercer Milenio” que pudimos observar y disfrutar en el Pasaje Revolución el semestre pasado.

Esa figura cuyo movimiento y dinamismo parece ascender, girar y vibrar a la vez, contiene el mismo ímpetu vital que todo su trabajo artístico y que, según ha bien escrito el maestro Rodolfo Rivera, “remite al marco y al microcosmos, el surgimiento del universo, la tierra y los espacios interestelares; todo ello plasmado con un discurso personalísimo y un estilo inconfundible”.

Ahora, después de aquella obra en tres dimensiones, tenemos la oportunidad de conocer otra de las tantas vertientes creativas del artista: la acuarela en pequeño formato, en la que el dominio del oficio permite a la tradicional técnica cobrar nueva vida en superficies, fondos y figuras. Un total de 80 piezas que el maestro reveló haber realizado décadas atrás durante prolongados viajes en avión.

El título de la exposición, “Momento de vuelo”, no sólo parece evocar ese factor espacio-temporal de la creación sino también al diseño de sus trazos y a la morfología de sus figuras y formas de naturaleza abstracta. En esta propuesta pictórica, la acuarela sirve al maestro Nierman para crear por una parte superficies de fingidos relieves, pliegues y surcos que recuerdan las arrugas del papel. Por la otra, parte de su colección corresponde a dibujos en los cuales la mancha luce construida con gran colorido y movimiento, como un ave del paraíso recordado tras un sueño en el cual percibimos su energía vital y su luz, pero no la reconocemos en el detalle. Y otro bloque más de su colección parece unir entre sí las dos propuestas anteriores: sobre las superficies con surcos y arrugas ocupan el centro de la imagen las formas helicoidales, los trazos en zigzag, los delicados grafismos y los rayados parecen asentarse sobre ese relieve aparente. Toda la colección, en suma, es una sucesión de energía, movimiento, giros y formas donde la experiencia y habilidad técnicas se suman a la evocación poética que le imprime el maestro mexicano.

Los autores que hablan de la influencia de las vanguardias del siglo XX en el maestro Nierman tal vez pudieran pensar en la abstracción gestual europea, o la nueva abstracción postinformalista. Sin embargo también aclaran que en realidad Nierman tiene una personalidad propia ya tan plenamente definida y en la que están presentes siempre esta riqueza y delicadeza de colorido que su reconocimiento es indudable. Leonardo Nierman, llamado “el más grande paisajista en el universo de los sueños” por el maestro Rodolfo Rivera, en alusión al onirismo de sus abstracciones pictóricas, ha sido un prolífico artista que ha experimentado en pintura en diversas técnicas, entre ellas la acuarela por supuesto, escultura, tapicería y mucho más. Si ya conocimos antes su escultura, ahora es una oportunidad de reconocerlo en sus pequeños formatos, en el expo foro del Macay.- María Teresa Mézquita Méndez

Fuentes: Diario de Yucatán