Retrospectiva
El pintor yucateco Jaime Barrera Aguilar cumple ya ahora una veintena de años, en los cuales ha venido construyendo una valiosa obra que mucho enaltece el conjunto plástico en nuestra región y particularmente el mapa pictórico contemporáneo de Yucatán.
A diferencia de lo que pregona el viejo tango, para Jaime Barrera son y han sido precisamente, mucho: no cabe duda que han constituido un ardoroso camino de parto feliz y de crecimiento perdurable, y por eso han producido un fruto pleno de vitalidad y de belleza. Su obra, hecha toda de claridad y de color, está compuesta de “sabiduría (…) luz, profundidad y sombras (…), así como de una sensibilidad finísima (…)”, a decir de Roger Campos Murguía.
Además de ser la acuarela su lenguaje propio - y por cuya maestría José Díaz Cervera le ha bautizado “tatuador del agua”- trabaja amplia y lúcidamente el acrílico y otras técnicas. Es así que el resultado completo de su trabajo está en su mayor parte contenido en sus doce colecciones presentadas, en cuyos títulos se evidencian expresiones de su rico mundo personal: interioridades, acuosidades, coloridos, figuraciones, senderos, imaginaciones, escrituras, atmósferas…
También en contraste con el mismo autor de Volver, para Jaime Barrera estos dos decenios no representan ningún regreso, ninguna vuelta al pasado ni al origen. Significan, en cambio, lo contrario: un paraguas en realidad. Es como voltear para cerciorarse de lo que ha producido y mirar la senda de adelante, vislumbrar el horizonte, según afirma entusiastamente el propio pintor. Es quizá un renacer, un recrear y recrearse en su interior; con igual intuición estética y abierta sensualidad pero con perspectivas nuevas de originalidad. Se trata, en fin, de una obra en marcha.
La selección de sus más bellos trabajos, la mas representativa antología de toda su obra a lo largo de veinte años fecundos se encuentra precisamente aquí, magistralmente estampada en esta exposición, la cual es la coronación suprema de esta justificadísima celebración.
Carlos Peniche Ponce